¿QUÉ ES LA EPILEPSIA?

Es una enfermedad neurológica relacionada con alteraciones en la actividad eléctrica del cerebro. Las convulsiones son el síntoma principal, aunque es posible que una persona tenga una convulsión y no por eso padezca epilepsia. Esta enfermedad tiene múltiples implicancias para quien la padece, para la familia, el entorno y también la sociedad.
CAUSAS DE LA EPILEPSIA
Las crisis convulsivas recurrentes son el síntoma típico de esta enfermedad; las causas se relacionan a problemas propios del desarrollo del cerebro, ó al efecto del daño de un grupo celular por traumatismo, tumores, ACV, entre otros. Existen diferentes formas de crisis epilépticas y convulsiones, algunas pueden presentarse sólo durante el sueño.
DESDE UNA MIRADA PINE
Desde la PsicoNeuroEndocrinoInmunología nos interesa poner el foco en otros aspectos a los que se les presta poca atención.
Experimentar una convulsión es algo muy intenso para quien lo vive y para quien está cerca. Hay una sensación clara de pérdida de control, por eso, el estrés y el miedo acuden inmediatamente a este fenómeno. Pero tener varias convulsiones y no saber cuándo puede venir la próxima es instalar la alerta permanente y la inminencia de riesgo que no abandona a quien lo sufre ni a su familia.
A partir de este factor se desarrollan patrones esperables de comportamientos, que modifican las pautas de vida personal y familiar. Reconocer la enfermedad y los nuevos hábitos que se deben promover, es indispensable para prevenir la ocurrencia de crisis. No obstante, el cambio principal se instala por el miedo y la necesidad de anticiparse y proteger de peligros posibles y muchas veces reales; pero siempre el miedo es irracional y propicia emociones desagradables.
ALGUNAS SUGERENCIAS
Es frecuente ver patrones de personalidad y de familia típicos, que reúnen características regulares en las que prevalece el miedo, la angustia y las conductas evitativas o de sobreprotección. En estos casos, la sugerencia desde la PINE es desarrollar estrategias de afrontamiento cognitivas y emocionales permite acceder a nuevos patrones para aprender a convivir y poder realizar lo que corresponde, entendiendo que lo más importante es disminuir los riesgos, pero no por ello dejar de desarrollar la vida en forma esperable para todos.
LA EPILEPSIA EN LOS NIÑOS
El niño puede sentir mareos, confusión, enojo, ver manchas y oír campanitas; tironear de la ropa y mover brazos y piernas sin propósito alguno, inconsciente de que está realizando estas acciones y de lo que le rodea. Por lo general cuando finaliza la crisis no puede recordar qué pasó. Otro tipo de crisis parcial puede afectar la parte del cerebro que controla un grupo específico de músculos, ocasionando que se ponga rígido o se produzcan sacudidas como “tics”. Cuando afecta al cerebro entero, se trata de una crisis generalizada. Una crisis tónico-clónica generalizada es la que la mayoría de las personas identifica como epilepsia. Otra forma de crisis generalizada es la ausencia, que puede ser tan corta que pasa inadvertida. Al niño, se le ponen los ojos en blanco durante unos segundos, como si estuviera en un ensueño y luego continúa con lo que estaba haciendo antes.
La Epilepsia como toda enfermedad, requiere abordajes desde diferentes aspectos:
- Neurológico: un diagnóstico preciso y esquema farmacológico adecuado (puede cambiar a lo largo del tiempo). Requiere estudios periódicos y ajuste de medicación.
- Ginecológico especializado: los anticonvulsivantes pueden disminuir la efectividad de los anticonceptivos orales. El embarazo debe ser programado y controlado estrictamente.
- Nutrición: el cerebro tiene estrecha relación con la microbiota intestinal, entonces acceder a una alimentación adecuada disminuirá la probabilidad de crisis y aumentará la eficacia de la medicación.
- Ritmo cronobiológico adecuado: respeto estricto de los horarios del sueño nocturno (mínimo 8 hs). Usar filtro de luz azul. Tomar medicación asociada a ciertas horas del día, para lograr mejor efectividad.
- Control de conductas adictivas: limitada exposición a pantallas durante todo el día, evitar el consumo de alcohol, drogas y sustancias excitatorias del sistema nervioso como la cafeína, las bebidas energizantes, edulcorantes, otros.
- Psicoterapia con orientación PINE: comprender, atender y asumir los cambios necesarios con criterios de cuidado y prevención. Asistencia a la persona que padece epilepsia pero también al entorno.
- Socioeducación sobre la epilepsia: informar a entornos sociales como la escuela, el trabajo, grupos de referencia y sociedad en general, para conocer sobre la enfermedad y saber qué hacer con una persona en crisis, pero sobre todo qué NO hacer. Acceso a medicación del enfermo, único modo de no tener crisis convulsivas.
En la medida que las sugerencias sean incorporadas, la epilepsia puede ser una enfermedad controlada, que condiciona en parte la vida de una persona, pero no obstaculiza necesariamente el desarrollo de una vida esperable, acorde a las expectativas personales.
No controlar todos los factores involucrados puede propiciar crisis convulsivas con diferentes niveles de riesgo, según dónde se encuentre la persona y qué esté realizando.
Recomendamos visitar el sitio de la ASOCIACIÓN DE LUCHA CONTRA LA EPILEPSIA (A.L.C.E.):
https://www.lace.org.ar/https://alceargentina.org/que-hacemos-en-alce/
Por Orietta Sferco MP: 1965. Licenciada en Psicología UNC. Diplomada en PINE (UNC) Neuropsicología, Terapia Cognitivo Conductual. Perito Psicóloga