En Amor…ados

“Nadie sabe si las emociones son necesarias para la inteligencia, sin embargo, es interesante señalar que las emociones aparecen en todos los sistemas vivos inteligentes que conocemos”
Rosalind Picard

En Amor…ados

Hoy compartimos la visión psicobiológica del amor con sus correlatos cerebrales; y no por desconocer el romanticismo en el amor, sino para comprender y ampliar desde otra perspectiva, cómo se expresa este sentimiento y, porque el amor requiere de un sistema nervioso particular, que lo hace posible, ya que no todos los seres vivos lo experimentan.

Helen Fischer, profesora del Departamento de Antropología de la Universidad de Rutgers, Estados Unidos, expresa que la evolución ha diseñado en especies de aves y mamíferos tres sistemas cerebrales primarios para dirigir la reproducción:

Impulso sexual para motivar a los individuos a buscar pareja.
Atracción para motivar a los individuos a preferir y perseguir parejas concretas.
Apego para motivar a los individuos a permanecer juntos mucho tiempo y completar los deberes parentales específicos de la especie.

Estos tres sistemas actuarían para reducir el gasto energético implicado en la reproducción y crianza. Entre los mamíferos solo el 3% busca relaciones monógamas y el humano está dentro de este escaso porcentaje.

Fisiológicamente el área Tegmental ventral y núcleo accumbens, son conocidos como el circuito de recompensa, que al liberar dopamina produce placer y genera la búsqueda del refuerzo nuevamente. En este proceso hay altos niveles de dopamina y norepinefrina, que producen euforia, insomnio, ansia, pérdida de apetito, aumento de la frecuencia cardiaca, enrojecimiento de la piel, deseos de unión y pensamientos intrusivos, mientras que la serotonina baja, junto con la función del córtex prefrontal haciendo mediante éste mecanismo que desactivemos la evaluación hacia el otrx y lx veamos solo desde sus aspectos positivos.
El Hipotálamo también participaría en la conducta de apareamiento segregando testosterona y estrógenos.

Posteriormente a esta etapa de amor romántico, vendría una etapa de apego que se caracteriza por sentimientos de seguridad, calma, unión emocional, propiciada por la liberación de oxitocina, vasopresina y endorfinas, principalmente con el fin de mantener en el tiempo esta afiliación.
La oxitocina se estimula con el tacto y la confianza social, siendo muy importante en la conducta sexual y de cuidado o crianza.
La vasopresina genera la conducta de apego, mientras que reduce los efectos de la dopamina, es decir ese efímero amor apasionado.
Las endorfinas por su parte generan sensación de bienestar, seguridad y tranquilidad, y se experimentan en el contacto físico con alguien.
Con todo esto podemos ver que estamos hechos biológicamente para amar.
Por eso en esta semana te invito a expresar tu amor a lo que elijas y necesites de la manera más activa, consciente y responsable que puedas. Que ames mucho.
Carina Verónica Lescano Lic. en Psicología MP. 4809