EL VALOR DE LAS RELACIONES SALUDABLES

El distanciamiento social preventivo y obligatorio impuesto por la Pandemia COVID-19, es la experiencia social y universal más estresante que ha experimentado la población mundial. Mucho más intenso lo vivenciaron los niñxs, los adolescentes y los adultxs mayores.

Recordar el aislamiento social provoca a la mayoría de las personxs mucha angustia y enojo. Evocar situaciones extremas e inauditas impuestas por medidas arbitrarias, quedó marcado en la memoria emocional de todxs y sus consecuencias aún se expresan en el comportamiento social y en la salud.

Los vínculos afectivos, las relaciones sociales saludables, la participación en grupos con  intereses comunes, el intercambio de afecto con amigos y familiares, poner atención a las necesidades del prójimo, son costumbres que benefician la salud física y emocional.

Las investigaciones sugieren que tener lazos sociales fuertes promueve una vida más larga, el aumento de la inmunidad, un menor riesgo de infarto de miocardio y de ACV. En cambio, la soledad y el aislamiento social incrementan los problemas de salud, la depresión y generan un mayor riesgo de muerte temprana.

La importancia de los vínculos saludables en el desarrollo de los niñxs

Las habilidades sociales se estimulan y se aprenden en la exposición del niñx al contacto con el entorno. Las primeras experiencias sociales se dan con sus padres, hermanos, familiares, pero también con amigos y ese entorno afectivo les propicia el desarrollo de  funciones cerebrales específicas, en una etapa crítica de la estimulación de conexiones nerviosas y la adquisición de habilidades de inteligencia emocional como la empatía, la compasión, la persuasión, la tolerancia a la frustración, el respeto a la autoridad, el compromiso, la solidaridad, entre otras. Esto es indispensable para la resolución de la vida cotidiana, escolar, laboral y social. Cuando un niño no crece con estas oportunidades, se establecen patrones alterados en los vínculos que serán muy difícil de corregir o tratar en etapas adultas de la vida.

Relaciones sociales y estrés

Muchos estudios avalan que tener relaciones sociales de distinto tipo podría ayudar a reducir el estrés y los riesgos relacionados con el corazón. El bienestar emocional fortalece el sistema inmunológico. En todo contacto físico, desde una caricia o tomarse de la mano hasta el sexo, se liberan hormonas, neurotransmisores y sustancias químicas que estimulan el sistema PsicoNeuroEndocrinoInmunológico, favoreciendo la disminución del cortisol y el aumento de serotonina, oxitocina, endorfnas y dopamina. Estas son las sustancias que intervienen en el bienestar, la motivación, y el desarrollo de estrategias de afrontamiento emocionales y cognitivas. 

La relación de pareja es uno de los vínculos sociales más importantes en la vida adulta. El bienestar en pareja es favorable para la salud, tanto por el bienestar que provoca como por el cuidado mutuo que se propicia. Pero una relación vincular negativa, es uno de los factores de incremento de estrés y daño PINE más significativo; sobre todo si se sostiene en el tiempo, porque afecta a otras áreas de la persona y no se afronta correctamente. De este modo, el reconocimiento de la calidad de vínculo de pareja que se tiene es importante tanto para estimularlo, como para resolverlo de ser necesario. 

Cuando estamos con otras personas desarrollamos funciones importantes y complejas, poder hablar y compartir experiencias, anhelos o sufrimientos, permite gestionar las emociones que necesitamos expresar y que procuran dar curso a la vivencia; estimula la sensación de poder (disminuye la indefensión) también la empatía (reconocer lo que la otra persona siente) y la compasión (conectar con el sentimiento y acompañar al otro); incluso organiza la capacidad para resolver problemas. Todo eso disminuye significativamente el estrés, dado que minimiza la percepción de amenaza o riesgo.

La risa y el estrés

Cuando estamos con otrxs y se activan los comportamientos sociales, la estimulación de la risa promueve el bienestar. La risa solo la experimenta el ser humano y expresa buen humor, involucra centros cerebrales relacionados con el placer y la recompensa; pero también representa aspectos más evolucionados de la alegría, del amor y la felicidad. La risa es netamente social y tiene un efecto antiestrés poderoso, como lo afirma el Dr. Pablo Cólica “cuando una persona se ríe en forma vigorosa, se produce mayor circulación arterial; los músculos abdominales trabajan, se incrementa el ritmo cardíaco, se elimina aire residual de los pulmones por lo que hay una mejor oxigenación; disminuyen los niveles de las hormonas del estrés y la adrenalina, se liberan endorfinas que originan un estado de bienestar, mejora el sistema inmunológico y baja la tensión arterial, porque disminuyen las sustancias vasoconstrictoras…” 

Consecuencias y recomendaciones 

El año 2020 y el 2021 serán recordados por muchas cosas; pero el impedimento del contacto con los seres queridos, la pérdida del encuentro con compañeros eventuales, la posibilidad de entablar relaciones casuales y sobre todo no poder frecuentar amigos, tener eventos sociales y conocer nuevas personas ha sido uno de los aspectos que más ha afectado la salud y ha modificado, incluso para siempre la vida de muchas personas.

En este año también particular pero con posibilidades de encuentro, debemos reconocer que recuperar los hábitos sociales, promover en el encuentro, salir del ostracismo y encontrar motivos para reírse en grupo, es el mejor remedio para el estrés sostenido; la incertidumbre y los miedos serán más tolerables si nos sentimos acompañados. Las pérdidas y los duelos serán más llevaderos si son compartidos con los afectos, sobre todo los jóvenes, los niñxs y adolescentes que podrán aprender y aprehender de referentes, estimularán áreas cerebrales indispensables, para lograr fortaleza emocional y capacidad de afrontamiento.

Para poner en práctica

Promover el encuentro, aceptar y generar invitaciones a reuniones, saludar a personas que hace tiempo no se contactan; elaborar comidas en grupo, estimular nuevas relaciones sociales, sumar a actividades como caminatas grupales, grupos de afición, actividades culturales y comunitarias, hacer deportes en equipo, entre muchas otras opciones e ideas al alcance de todxs, es decir, actividades de bajo costo. Una sonrisa, una mirada compasiva y compartir lo que tengas. Con estas sencillas acciones se obtiene el pase para todas las relaciones que desees. 

Por Orietta Sferco MP: 1965. Licenciada en Psicología UNC.  Formada en PINE, Neuropsicología, Terapia Cognitivo Conductual. Perito Psicóloga